sábado, 26 de febrero de 2011

Transición y bipartidismo en Jalisco

José Guadalupe Isabeles Martínez

El discurso más conservador y el más aparentemente radical rupturista, converge siempre en el mismo punto: el de no romper con los parámetros del poder (Hugo Zemelman)

Al igual que existe en México una democracia incipiente, existe en uno de los estados emblema del país ante la comunidad internacional. Mal que bien Jalisco se ha posicionado como un referente, sus universidades, cultura, negocios, empresas, economía, su gente, son parte de él. En cultura por ejemplo, algunos colocan a Jalisco por encima de Nuevo León en términos de su riqueza, abundancia e impresionante diversidad. Jalisco es uno de los estados más desarrollados en el país. Sin embargo, hay como en todo, los claroscuros.

Desde que el Ing. Alberto Cárdenas Jiménez triunfó de la mano del Partido Acción Nacional (PAN) y gobernó Jalisco (1995-2001), de ahí hacia atrás no se pudo prescindir del PRI como partido hegemónico, tal como señalara Giovanni Sartori. Desde aquél santiamén se puede hablar de democracia en Jalisco, aunque el parte aguas de 1977 en el marco de la reforma política nacional trajo entre otros cambios, que se elevara a rango constitucional el reconocimiento de los partidos políticos como organizaciones de interés público, se introdujo también el sistema mixto que incluía a los hoy diputados de representación proporcional (plurinominales).

En una generalidad con el PAN se abrieron las puertas a la democracia jalisciense, igual que a la alternancia. La transición tomó lugar para irse desarrollando, no obstante no se puede hablar plenamente de una transición, no hasta que el PRD como uno de los 3 partidos más importantes del sistema político-partidista asuma la investidura del gobierno estatal. Lo que posiblemente podría ocurrir en 2012, aunque en los número estemos muy lejos.

Según las estadísticas electorales del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPCJ), en 2009 la votación fue para el PRI-NA 39.05%, el PAN 35.45%, y el PRD 6.35%, aunque si consideramos al PVEM observamos que obtuvo 8.42% del total, unos 70 mil votos más que el PRD. Lo que vemos es un bipartidismo claro en Jalisco. Si lo apreciamos a la luz de los 126 municipios, encontramos que el PAN por sí sólo gobierna 63, el PRI habiendo ido en los comicios pasados con Nueva Alianza consiguió 48, el PRD apenas 9, incluido Tlajomulco que se ganó con ayuda del PT (Memoria Electoral 2008, 2009, Estadística).

Si acudimos al Congreso de Jalisco identificamos a la brevedad el bipartidismo del que hablamos. PAN y PRI son la norma. El PRD tan sólo cuenta con 2 congresistas y son ¡plurinominales!, es decir, los electores no los eligieron, los puso allí el partido.

Ya lo advirtió Enrique Alfaro Ramírez, hay que desmontar el bipartidismo en Jalisco. Pero, ¿conviene el pluripartidismo en el congreso local cuando vemos un Congreso de la Unión (aparentemente) paralizado en materializar las verdaderas reformas? Enfatiza José Woldenberg que hoy la gran mayoría de los mexicanos están desencantados con la democracia, dado que ésta ante la pluralidad partidista se ha mostrado tortuosa, lenta, cuando estábamos acostumbrados a que la voluntad del presidente de la República se hiciera a la voz de ya. Hoy no, hoy vemos que hay que discutir, negociar, pactar… lo que parece desacelerar los cambios y el país.

¿El regreso del PRI al gobierno de Jalisco sería un retroceso? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que este tiempo les habrá servido para tomar aire y de ganar en 2012, para continuar seguramente con sus mismas prácticas de antaño, porque los dinosaurios siguen allí. Tras cumplirse prácticamente 3 sexenios panistas, los electores habrán de evaluar si proveen a Acción Nacional de ese mismo aire para meditar y ejercitar la retrospección de los hechos. Aunque a decir verdad, que el PAN sea defenestrado de Casa Jalisco no está escriturado en ninguna parte.

Entonces, hay que repensar si el bipartidismo merece morir considerando las más de sus implicaciones. Sin eludir la alternancia en el poder Ejecutivo estatal y en las municipalidades, ni tampoco el indispensable progreso de la transición que aún se lleva a cabo.

PD. Acusó el PRD que 151 mdp costó el 4° informe nacional del gobernador, Casa Jalisco señala 91 (a saber, el gobernador de Nuevo León gasta 1 mdp diarios en promocionarse ¿se imagina cuánto prodigará Peña Nieto?), mientras el diputado Alberto Esquer Gutiérrez preguntaba en Facebook si nos gustaría que consiguiera recursos para construir “las torres de la catedral” en Guzmán. Entre los disparates, lo que muchos olvidaron es que el distrito 19 no es exclusivamente Zapotlán.


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